Sólo se puede aprender lo que se ama

La Neuroeducación es una materia muy nueva, que aparece dentro de este momento histórico clave que tenemos la suerte de vivir como educadores.

Nos encontramos ante la urgente necesidad de hacer un cambio de paradigma cultural y muy en especial educativo.

La Neuroeducación viene a poner al servicio de nosotros los conocimientos que actualmente existen sobre el funcionamiento del cerebro, para que entendamos cómo se realizan los procesos que producen el aprendizaje y la memorización. Integramos así sociología, psicología y medicina en un intento de entender cómo enseñar mejor.

Cada una de las unidades que forman el cerebro, las neuronas, tienen la capacidad de cambiar de manera constante, modificando su estructura y sus funciones dependiendo del uso que hagamos de ellas. Por eso hablamos de la plasticidad del cerebro, un órgano en plena y continua modificación, en especial en los primeros años de vida. Interactuar con el mundo, aprender y memorizar ES cambiar el cerebro, en su física y su química, en su estructura, sus conexiones y sus funciones, por eso la persona que educa NO PUEDE OLVIDAR, NUNCA, que con su labor está modificando personas, en lo más profundo de su ser.

Es importante saber que hay periodos críticos, en los que las ventanas del cerebro están bien abiertas para recibir la información del exterior, por ejemplo, desde antes del nacimiento hasta los 3 años aproximadamente, el cerebro vive un periodo de actividad FRENÉTICA, produciendo la increíble cantidad de 50.000 millones de sinapsis de neuronas por minuto!! Algunas ventanas se abren durante una etapa de la vida y posteriormente se cierran, lo que no se aprendió en ese periodo ya no se podrá volver a aprender.

La parte que a mí más me gusta de la Neurociencia es la que habla de la EMOCIÓN.

La Neurociencia dice,

NO HAY RAZÓN SIN EMOCIÓN,

NO HAY APRENDIZAJE SIN EMOCIÓN.

El significado que le damos a todo lo que entra al cerebro se adquiere cuando pasa por el sistema emocional, de esa manera lo almacenamos como bueno o malo, agradable o desagradable. Algo que nos ha impactado fuertemente de forma emocional se recuerda mucho, algo que no emociona, simplemtente no se recuerda.

La curiosidad también es clave! es la que abre las ventanas de las que hablaba anteriormente, es la que convoca a la atención. La curiosidad es un hambre que hay que saber aprovechar como docentes, porque sólo hay que alimentar ese hambre para que el aprendizaje ocurra. Ojo! con aquello que ofrecemos como alimento.